viernes, 2 de julio de 2010

Vergüenza debería darte..!



Uno de los sentimientos que más asocio con el estar rolliza es la vergüenza. Vergüenza por tener una debilidad frente a la comida y que encima los demás sean capaces de captarla tan claramente. A ver, el señor adicto a la pornografía no se conflictúa demasiado porque su debilidad no está a la vista. Si por ejemplo llevara una foto de una quetejedi pegada a la espalada en forma permanente,quisiera verlo!
Nosotros nos tenemos que bancar que, encima que nos jode traicionar nuestras buenas intenciones 6 veces al día, el resto de la gente haga comentarios bien intencionados, o no. Yo no sé si se piensan que no tenemos espejos, balanzas o que no nos importa. Creen que es una cuestión de simple voluntad. Y ahí pineso que está el meollo del asunto: hay veces en que la voluntad alcanza, y otras que no.
Más de una vez siento que es una adicción. Pero, diría un especialista en adicciones, si fuera así pesarías 220 kilos. Y sí, tendría razón. ¿Y entonces, what's wrong with me?
¿Cómo cornos se maneja este embrollo de emociones?
Creo, por un lado, que tiene que ver con esas insastifacciones o vacíos que nos asaltan al 100% de los seres humanos y que cada uno tapa como puede. El comer de más es una conducta defensiva. Y es fácil de entender el por qué elijo esta satisfacción a corto plazo, en vez de aquella posible, probable, pero a laaaaargo plazo, que sería el que entre un talle 38.
Por el otro lado creo que la presión social, real o autoinfligida, no ayuda para nada. Si me angustio como, si como me angustio, y como me angustié... como.
Para terminar, tal vez si olvidamos la vergüenza (después de todo debilidades tenemos toooodos), tal vez aflojemos la presión y terminemos comiendo sólo por necesidad y placer, pero ya no por angustia y como recompensa, la balanza nos dé una sorpresa.

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